1. Prepara tu cuerpo
Nadar requiere de un buen estado físico, ya sea para practicarlo como hobby o para empezar a competir en este ámbito, lo mejor es ir adecuando tu cuerpo realizando entrenamientos fuera del agua, y para ello el gimnasio es ideal.
El nivel de intensidad dependerá de las sesiones de natación o el nivel que quieras adquirir, deberás comenzar trabajando con tu propio peso y luego podrás implementar las pesas. Las zonas a las que deberás prestarle más atención son:
Los abdominales: mantienen el cuerpo horizontal, aumentando la velocidad y evitando que se curve.
La zona lumbar: compensa la zona abdominal, por lo que deben mantener el mismo nivel de fuerza.
Los brazos y piernas: serán los motores que te ayudarán a impulsarte y manejar la velocidad.
Recuerda siempre antes y después de cada entrenamiento hacer ejercicios de calentamiento, como en cualquier otra actividad física, son primordiales, pues te ayudarán a aumentar la temperatura corporal, evitar calambres y así mantenerse estable bajo el agua