Nadie duda hoy día de la importancia que tiene la actividad física y el deporte en la sociedad actual. Cada vez más gente se va dando cuenta de la necesidad de practicar algún tipo de actividad física para mantener o mejorar su salud .
Es por este motivo que inculcar la práctica deportiva desde temprana edad genera un estímulo no solo motriz sino también psicosocial, aporte que vemos más desarrollado en la práctica deportiva del baloncesto.
Y al estar basada dicha práctica, en un ambiente de recreación y de disfrute, la actividad física se entiende de una manera divertida, ya que están en contacto con amigos y conociendo otros entornos y otros compañeros.
El proceso de enseñanza y aprendizaje que se debe llevar a cabo en el baloncesto, así como en cualquier otro deporte, debe ser regido por niveles y tipos de competencias adquiridas, para así contribuir a una correcta técnica de este y al desarrollo adecuado de los valores y autonomía dentro del deporte.
En este sentido, se dan a conocer las siguientes etapas:
En este nivel se encuentran los niños entre 5 a 6 años de edad, que inician la práctica deportiva. En esta etapa lo que se busca es que el niño disfrute el deporte, pero comience a tener mayor autonomía y se trace objetivos alcanzables que le brinden un disfrute y una competencia sana para mejorar su desarrollo. Así como contribuir al desarrollo motriz y cognitivo al estar familiarizado con diferentes elementos de la práctica deportiva.
Se comprende entre los 7 a 8 años de edad, y en dicho nivel se busca que ya, con un desarrollo cognitivo más elevado, el niño comprenda, analice y respete las normas del juego y lo aplique tanto en el terreno de juego, como en su vida personal. Dando con ello una convivencia sana que respeta límites, y entabla sus propios límites para contribuir a un respeto en sociedad
Comprende las edades entre 9 y 12 años; a esta edad lo que más le divierte es jugar, por lo que las actividades de carácter lúdico será el medio de enseñanza-aprendizaje más utilizado, y se enfatiza la importancia de la buena toma de decisiones en situaciones típicas de juego e intentar evitar el juego egocéntrico. Así se contribuye al desarrollo de una sana competencia.
Se encuentra dentro de los 13 a 14 años de edad; una vez los jugadores han comprendido la dinámica del juego colectivo, los elementos técnicos surgen como necesidad para resolver con éxito las distintas situaciones o contextos tácticos con los que se encuentran los jugadores, convirtiéndose de este modo en acciones técnico-tácticas. Por otro lado, estas acciones técnico-tácticas individuales adquieren un gran valor debido, también, a razones evolutivas, ya que a partir de estas edades aparecen procesos mentales como la capacidad analítica, la diferenciación entre el mundo de ficción y la realidad, etc., que permiten comprender mejor los consejos y orientaciones tácticas.
Esta se comprende entre los 15 y 16 años, y en ella ya se evidencia la exigencia que debemos mantener pues al jugador/a de esta edad lo tiene casi todo, es capaz de analizar, de reflexionar profundamente, le sobra energía, recupera rápido, etc. La gran vitalidad hace que a nivel táctico se puedan emplear defensas bastante “agresivas”, mantener un alto ritmo de juego y sobre todo se logre alcanzar una mentalidad y espíritu de equipo altamente competitivos.
En este sentido, es evidente que para una planificación adecuada del proceso de enseñanza-aprendizaje, las diferentes categorías deben estar interrelacionadas, secuencializado en la dificultad tanto los objetivos como los contenidos, y el del desarrollo del jugador sin presionar su rendimiento para generar un pasión por el deporte y un ámbito sano competitivamente.
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