El fortalecimiento de la salud.
La salud es uno de los aspectos del desarrollo de los jóvenes a los que más puede contribuir la práctica del basket junior o el baloncesto. Y aquí las vamos a tratar:
El baloncesto puede ser una excelente escuela para que los jugadores jóvenes aprendan a comprometerse, perseverar en su esfuerzo dando el máximo posible, tolerar las situaciones adversas y seguir perseverando.
Además este deporte combina perfectamente el ejercicio físico, el mental y el juego. Y hay que tener en cuenta que también una de sus grandes ventajas respecto a otros deportes es que el mal tiempo no es obstáculo para seguir jugando, ya que se puede jugar tanto al aire libre como en una cancha cubierta.
La salud es uno de los aspectos del desarrollo de los jóvenes a los que más puede contribuir la práctica del basket junior o el baloncesto. Y aquí las vamos a tratar:
Mejora las habilidades motoras
Al baloncesto se le denomina como el deporte ráfaga. El motivo es que se requiere una gran velocidad, agilidad y coordinación para su práctica. Gracias a este ritmo de ejecución, nos permite mejorar todas aquellas habilidades motoras de nuestro organismo, especialmente las que tienen que ver con la coordinación y el equilibrio.
Estimula el sistema cardiovascular
Como cualquier deporte, practicar baloncesto se asocia con mejoras en el apartado cardiovascular. Es un ejercicio muy completo e intenso que combina resistencia, ejercicios interválicos, movimiento lateral, saltos, etc. Se estima que se pueden llegar a quemar más de 700 calorías durante un partido de una hora de duración.
Fortalece los pulmones
Al ser un ejercicio aeróbico(activa gran parte de los grupos musculares y obliga la movilización de aire), refuerza la capacidad de los pulmones, mejora la circulación de oxígeno en la sangre.
Combate el estrés
Al reducir ansiedad y depresión, facilita la relajación, disminuye la tensión y ayuda a conciliar el sueño.
Combate sobrepeso y obesidad
Como cualquier actividad física, su práctica continua favorece la quema de calorías y, por tanto, ayuda a mantener un peso saludable.
Estimula la liberación de endorfinas
El buen ánimo de la mayoría de jugadores de baloncesto se debe a que este deporte estimula la producción de las llamadas "hormonas de la felicidad".
El baloncesto puede contribuir a desarrollar valores personales y sociales de gran importancia en el proceso formativo del niño y el adolescente.
Compromiso
El compromiso implica que en ocasiones tendrá que renunciar a sus apetencias individuales y sacrificarse por el grupo, pensar en los demás y no sólo en él, y desarrollar la disciplina necesaria para poder cumplir con sus obligaciones.
Perseverancia
El desarrollo de la perseverancia es especialmente importante cuando los jugadores pasan por malos momentos: por ejemplo, cuando cometen errores, juegan mal, intentan cosas pero no obtienen el resultado deseado, etc. En la vida extradeportiva también se presentan momentos adversos en los que es difícil seguir perseverando, pero los jugadores de baloncesto pueden estar preparados, sí este importante aspecto, la perseverancia, se ha desarrollado mediante la práctica deportiva.
Respeto a las normas
Sin duda, jugar en un equipo de baloncesto obliga a respetar diversas normas: fundamentalmente, normas de funcionamiento interno, normas de los ejercicios del entrenamiento y reglas del juego.
Así, los jóvenes se acostumbran a que no pueden hacer exactamente lo que quieren, sino que deben respetar unas normas que regulan su convivencia con los demás. Esta experiencia es un aspecto formativo muy valioso del baloncesto de competición.
Respeto a los demás
Los jugadores jóvenes deben aprender a respetar las diferencias individuales dentro de su propio equipo, aceptando y conviviendo con compañeros que, en algunos casos, pueden ser de otro estrato social, otra raza, otra religión, otra etnia, otra ciudad, otro país, etc. o tener ideas diferentes u otra forma de ser.
Aprender a competir
La vida plantea múltiples situaciones competitivas y las personas debemos estar preparadas para ello. El baloncesto de competición es una excelente oportunidad para aprender a competir de forma saludable y eficaz, adoptando un estilo de funcionamiento que puede ser muy valioso para los jóvenes en su vida deportiva y extradeportiva presente y futura.
Trabajo en equipo
El trabajo en equipo enseña a los niños la cooperación, nos enseña a encontrar objetivos individuales que logren un objetivo en común, para con ello lograr el éxito en las tareas, por que como bien se sabe, solo se llega más rápido, pero en equipo llegamos más lejos.
El baloncesto puede contribuir a desarrollar valores personales y sociales de gran importancia en el proceso formativo del niño y el adolescente.
Fomenta la convivencia
Cuando se juega entre amigos y familiares, fortalece los lazos afectivos, además de que da oportunidad de conocer gente.
Ayuda a controlar temperamento
Reduce la violencia en personas extremadamente temperamentales.
Percepción de control
El baloncesto proporciona muchas oportunidades para que las experiencias de control se produzcan.
Desarrollo cognitivo
Los jugadores de baloncesto deben aprender a atender y concentrarse en los estímulos relevantes de su entorno. Estos estímulos pueden ser uno, pocos o varios a la vez, y tener una amplitud más extensa o más reducida. Además, la atención que requiere cada estímulo puede ser más o menos prolongada y más o menos intensa. Y es importante aprender a cambiar la dirección, la amplitud y la intensidad de la atención en momentos muy precisos.
Autoconfianza
En estrecha relación con la percepción de control se encuentra la autoconfianza. La autoconfianza es la confianza que los jugadores tienen en sus propios recursos para poder lograr un determinado objetivo.
Autoconcepto y autoestima
El baloncesto puede contribuir a fortalecer la autoconfianza de estos jóvenes y, por esta vía, su autoconcepto y su autoestima, aunque éstos no deben vincularse al éxito deportivo, sino al esfuerzo y el control de la situación para conseguirlo.
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