La magia del tenis

Hay muchas formas de enfrentarse a  los retos personales, que generalmente sobresalen por decisiones propias. El tenis de campo es un deporte, donde siempre estamos enfrentados a esto, aquí las soluciones personales instantáneas, el manejo de emociones repentinos, y la toma de decisiones, giran en torno a las capacidades individuales. Este deporte nos hace vivir muchas circunstancias personales, y nos permite encontrar estrategias que nos sirvan para mejorar en cada swing.

El tenis es un deporte que nos reta a tener un enfrentamiento entre lo que puedo llegar a hacer, sentir y vivir; de hecho, creo que el sentido del tenis de campo es saber que aun cuando esté sumergido entre los momentos más críticos y erráticos, puedo conectar enormemente con la destreza, la disciplina, el placer de jugar, y de recordar que puedo hacer lo que me proponga siempre.

Durante el juego aparecen constantemente emociones como  la frustración, el miedo y  la felicidad que pueden contribuir en tu rendimiento. Por eso, te recomiendo canalizarlas en energía positiva para que puedas ser cada vez más ágil y concreto en  tus movimientos o en tus respuestas de autocontrol, a mi me ha funcionado de maravilla.

Además, hay un gran campo de mejora para los tenistas, ya que hace falta conocer, entender y poner en práctica estrategías funcionales para dar un adecuado manejo de estas, por ejemplo, te voy a contar dos que en lo personal son las las que más me han funcionado:

Tener tiempo de respiración: a mi me funciona hacer una leve pausa mientras me  secó el sudor del rostro con las muñequeras, mis favoritas las compre en Decathlon y son de la marca artengo.

Tiempos de rebote: Mientras la pelota rebota y va al otro lado, uso el tiempo para anticipar a mi cuerpo al siguiente movimiento y ser más reactivo cuando la pelota regrese a mi.

Al final de cada juego siempre quedan pensamientos de lo que se hizo muy bien y de lo que se  puede mejorar.

Cuando tenemos triunfos, solemos sentirnos felices, exitosos y capaces, pero cuando perdemos un partido las sensaciones cambian, de hecho, es común no entender racionalmente el resultado cuando el esfuerzo brindado ha sido el máximo.

En mi experiencia, creo que es bueno crear el hábito de hablar sobre estas emociones siempre después de cada partido, ya sea con tu acompañante, entrenador o familiar; expresar las sensaciones y recibir comentarios sobre lo visto, nos permite ver cuales son las capacidades que harán de nosotros, los mejores deportistas.