Errores y enseñanzas del intento a cumbre
Hace unos seis meses tomé la decisión de ir con un grupo de amigas montañistas a intentar hacer la cumbre del famoso Chimborazo. Sí, era un reto grande porque era hacer un 6.268 msnm, pero… todas ya habíamos hecho un 5.200 msnm, entonces, ¿no era para tanto, no?
Eso fue lo que pensamos todas: “ah, solo son unos mil metros más de desnivel”. Y ahí fue donde cometimos el primer error grave: no darle la suficiente relevancia a esos metros de más.
Cuando estuve de vuelta al campamento, en la mañana, después del intento fallido de cumbre, empecé a pensar en porqué no lo había logrado… Y me salieron un listado de cosas, que creo que os pueden servir para que no os pase lo mismo:
No entrenar suficiente en altura (mínimo en los 4.500 msnm en adelante).
No hidratarme bien los días anteriores.
Comer demasiado la noche anterior a cumbre (cuanto más alto estás, más lenta es la digestión), lo cual me provocó una sensación de mareo y náuseas durante la noche y una buena parte del camino hacia la cumbre.
Ir en época de verano.
A parte de estas tres importantes, hubo algunos fallos más, aunque fueron menos importantes, pero que también afectan:
Dar por sentado que habría té de coca en el campamento alto (el té de coca ayuda mucho para el mal de altura).
Llevar una buena maleta de montaña impermeable. En mi caso, priorizando la impermeabilidad por si nos hacía mal clima, elegí una maleta de navegación, pero que no cuenta con los refuerzos de espalda que si tienen las de montaña.
No ponerme la tercera capa cuando empecé a sentir frío, por querer aguantar un poco más y no parar a quitarme la mochila, ya que eso me hizo coger bastante frío.
Varias fallas de comunicación entre el grupo, como por ejemplo, no preguntar/sugerir salir más temprano a los guías.
Organizar las cordadas acorde a ritmos parecidos, sino uno avanza o muy rápido o muy lento, pero sin coger ritmo estable y cómodo para uno mismo.
Claramente, de toda “derrota” uno saca muchos aprendizajes. Este fue mi caso. De los más importantes fueron:
Nunca más subestimes una montaña. Aunque creas que estás listo, entrénate un poco más.
El alpinismo cuando lo practicas con más gente se convierte en un deporte de equipo. Si uno baja, bajamos todos. No se vale a media montaña discutir o quejarse de algún compañero. El egoísmo y el individualismo no pueden prevalecer sobre la salud de una persona del grupo.